QUEREMOS SER LIBRES, SOÑAR, VIVIR, AMAR, NO DOLOR, NO RECHAZO, TODOS SOMOS HOMOS

Sueña el rey que es rey, y vive con ese engaño disponiendo y gobernando... qué triste pensar que haya quien se empeñe en reinar sabiendo que a de despertar en el sueño de la muerte... Pero así es el mundo y la vida, en difinitiva todos sueñan lo que son aunque ninguno lo entienda... la vida es un sueño. Y si en ese sueño hay amor, qué más da de qué sexo sean las personas, y en qué acera se encuentren, las personas somos personas, sigamos soñando, que la vida son sueños y los sueños sueños son.

(Latentes)


NO SOMOS ORGULLOSOS

NO SOMOS ORGULLOSOS
No al orgullo, porque somos personas, porque somos iguales, porque no tenemos que hacernos notar más, poque somos uno más, porque nuestra orientación sexual no nos define, somos lo que sentimos, lo que pensamos, somos necesarios, porque todos necesitamos de todos para ser felices, por eso NO SOMOS ORGULLOSOS.

ESTO ES SENTIMIENTO Y LO DEMÁS TONTERÍA

No habrá nadie que me diga dónde está mi lugar, porque conozco el lugar donde han de acabar mis pasos; a sus pies. Y no habrá barrera, ni mar, ni cueva que me impida llegar hasta ella. Nadie interceptará por lo nuestro, porque aunque así lo fuera y acabáramos en las mismísimas antípodas la una sin la otra, ni siquiera ella misma con la mano del viento podría borrar el brillo de sus ojos enamorados. Aunque quieran nadie podrá borrarlo, ni siquiera ella misma, y nadie podrá evitar que siga sintiéndolo, nadie, tampoco yo.

Por ello, porque el huracán del amor no se puede controlar, olvida, tú, todo lo demás y déjate llevar por tu sentir que es el que sabe qué es bueno para ti.

Somos así, y es bueno porque somos tal como sentimos ser. Un sueño desde luego, pero está vez es mucho más que esa vaga ilusión nocturna que se pierde en los claroscuros del amanecer. Esta vez es real, y es NUESTRO y a los demás, si no quieren entenderlo, que les dén.


(Latentes)


martes, 7 de diciembre de 2010

El diario de un hetero

Hace varios años alguien me dijo que un amigo común de la infancia era mariquita. Esa fue la palabra que usó, mariquita. Lo que no me dijo, quizás porque no lo sabía, fue lo mal que lo ha pasado por su homosexualidad. De eso me he enterado hace poco.
La primera noticia me sorprendió un tanto, aunque no demasiado; esas cosas se intuyen. La segunda sí.


Ingenuo de mí, pensaba que nuestra sociedad había madurado, y que hoy en día no debe resultar mayor problema ser homosexual. Si hasta en la tele están de moda. Atrás quedaron los tiempos de la represión, cuando a los “desviados” se les metía en la cárcel, o se les intentaba curar a base de oración o electroshocks. Hoy en día gays y lesbianas pueden casarse y hacer una vida “normal”. La sociedad los ha aceptado.


¿Seguro? Hagamos un examen de conciencia. ¿Quién no ha usado “maricón” como insulto, o a mandado a “tomar por culo” a alguien? ¿Quién no se ha reído de los chistes de mariquitas? ¿Quién no preferiría que su hijo/a fuera heterosexual?


Cada caso será diferente, y habrá quien sepa pasar de lo que piensen y digan los demás. Pero también que hay personas más sensibles, o menos fuertes, para los que declarar y vivir su sexualidad en público se convierte en un grave problema.


Las navidades pasadas me encontré a mi amigo en un pub. Estaba borracho. Se me acercó y me plantó dos besos. Me alegré mucho de verle, y así se lo dije. Pero mentiría si no admitiera que aquellos dos besos me dejaron azorado, temeroso de que los que estuvieran mirando pudieran pensar que yo también fuera gay.


Me gustaría verlo pronto, y ser yo el que le dé dos besos y un abrazo. Lo que seguramente no haré, aunque no por falta de ganas, es pedirle perdón por contribuir a su mal. Decirle que ya no me hacen gracia los chistes de mariquitas.




(Un hetero)

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¡ Y TÚ QUE MIRAS !! ¬¬'

¡ Y TÚ QUE MIRAS !!  ¬¬'
Aunque la quiera a ella, aunque el mundo se empeñe en señalarnos y decirnos que somos diferentes, el concepto es el mismo, sentimos, como todo ser humano.. "La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar". (Victor Hugo)